Fertilizante
o Abono, sustancia
o mezcla química natural o sintética
utilizada para enriquecer el suelo y favorecer
el crecimiento vegetal. Las plantas no necesitan
compuestos complejos, del tipo de las vitaminas
o los aminoácidos, esenciales en la nutrición
humana, pues sintetizan todos los que precisan.
Sólo exigen una docena de elementos químicos,
que deben presentarse en una forma que la planta
pueda absorber. Dentro de esta limitación,
el nitrógeno, por ejemplo, puede administrarse
con igual eficacia en forma de urea, nitratos,
compuestos de amonio o amoníaco puro.
Los
suelos vírgenes suelen contener cantidades
adecuadas de todos los elementos necesarios
para la correcta nutrición de las plantas.
Pero cuando una especie determinada se cultiva
año tras año en un mismo lugar,
el suelo puede agotarse y ser deficitario en
uno o varios nutrientes. En tal caso, es preciso
reponerlos en forma de fertilizantes. La aplicación
de fertilizantes adecuados estimula el crecimiento
de las plantas.
De
entre los nutrientes necesarios, el aire y el
agua aportan hidrógeno, oxígeno
y carbono en cantidades inagotables. Casi todos
los suelos encierran abundancia de azufre, calcio,
hierro y otros nutrientes esenciales. El calcio
suele añadirse al suelo, pero su función
primordial es reducir la acidez, no actuar como
fertilizante en sentido estricto. El nitrógeno
se halla presente en la atmósfera en
cantidades enormes, pero las plantas no pueden
utilizarlo de esta forma; ciertas bacterias
proporcionan a las leguminosas el nitrógeno
necesario, que toman del aire y lo transforman
mediante una serie de reacciones llamadas de
fijación de nitrógeno. Los tres
elementos que deben contener casi todos los
fertilizantes son nitrógeno, fósforo
y potasio. En ocasiones, es preciso añadir
a éstos pequeñas cantidades de
algunos otros, entre ellos boro, cobre y manganeso.
Desde
la antigüedad se usan muchos fertilizantes
que contienen uno o varios elementos valiosos
para el suelo. Así, el estiércol
y el guano contienen nitrógeno, los huesos
contienen pequeñas cantidades de nitrógeno
y son ricos en fósforo, las cenizas de
madera encierran cantidades apreciables de potasio
(la proporción depende del tipo de madera).
El trébol, la alfalfa y otras leguminosas
se intercalan con otras especies en un régimen
rotativo y luego se trabajan con el arado para
enriquecer el suelo en nitrógeno.
Suele
describirse como fertilizante completo cualquiera
que contenga los tres elementos; la composición
se codifica con ayuda de tres números.
Así, un 5-8-7 es un abono (por lo general
preparado en polvo o en gránulos) que
contiene un 5% de nitrógeno, un 8% de
fósforo (calculado en forma de pentóxido
de fósforo) y un 7% de potasio (como
óxido de potasio).
Aunque
esenciales para la agricultura moderna, el abuso
de los fertilizantes puede ser nocivo para las
plantas, los cultivos y el suelo. Además,
la lixiviación de los nutrientes puede
causar contaminación del agua y alteraciones
como la eutrofización o desarrollo excesivo
de la vegetación.
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